jueves, 3 de enero de 2013

Una anécdota navideña

Voy a contar una anécdota que pasó el año pasado.

Día 24 de diciembre por la mañana,  mi madre y yo íbamos cargadas de regalos para los mayores de la familia. Llovía muchísimo y llevábamos un solo paraguas. Llegamos a la calle Mesones. Se levantó mucho aire y no podíamos sujetar el paraguas porque llevábamos muchas bolsas. El aire lo volvió del revés y en el segundo intento de abrirlo mi madre se quedó con el bastón en la mano y la otra parte del paraguas salió volando. La calle llena de gente y mi madre y yo no podíamos parar de reír, los regalos cada vez más mojados y nosotras también.

5 comentarios:

  1. !son cosas del directo! ajajjajjaj

    muy buena anecdota........un saludo Elvira

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  2. ¿Y a mí que me suena esa escena de alguna película? :-)
    Feliz Año Nuevo.- José Miguel

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  3. Una anécdota muy simpática y bien escrita, además de muy bien ilustrada (me gusta la ilustración que has elegido).

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  4. ¡Me encanta! Debes seguir tomándote la vida así.En las situaciones más ridículas, hay que reírse de uno mismo,te puedo asegurar que todo va mejor.
    Con respecto a la ilustración, es muy graciosa, pero creo que su final no va muy bien con el de tu historia, este hombre está un poquillo enfadado ¿no?

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